Volviendo a casa el puente del 5 de Marzo por Santa Barbara, buscaba algún almendro en flor alrededor de Riglos pero llegué tarde, la lluvia había echado a perder la floración.
No obstante los Mallos de Riglos nunca defraudan, siempre están ahí, imponentes, con sus colores y texturas que no dejan indiferentes a nadie.
Pongo menos fotos pero con mucho más trabajo de edición, creo que seguiré así a partir de ahora. Para ver en pantalla grande a ser posible.