Domingo por la tarde, vuelta a casa al atardecer. Llevaba ya tiempo queriendo ir al Castillo de Loarre pero no había surgido el momento, así que… ¡ahora o nunca!.
Paseito por Santa Bárbara, paseo por Loarre buscando ubicaciones y 40 minutos de paz, contemplación, meditación y fotografía viendo cómo se pone el sol. No hay nada mejor para empezar el lunes con fuerza.
Un lugar mágico que te transporta a otros tiempos y otras vidas, seguro más duras que las nuestras.
La siguiente en este lugar espero que sea en noche de luna nueva 🙂
Continuamos!!